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Lineamientos para un protocolo de actuación psicológico pericial en casos de violencia, torturas o muertes en custodia.

Por Lic. Silvia Castelao

Considerando los problemas, escollos y limitaciones que han surgido en relación a la investigación de casos de violencia, torturas o muerte en custodia, se detallan los siguientes lineamientos marco que van dirigidos a los peritos psicólogos oficiales designados.
El interés en el tema radica en que la producción de un medio de prueba pericial psicológico es de importancia central en la investigación de estos casos que, como sabemos, ocurren en la intimidad, muchas veces sin testigos (o con testigos intimidados y/o amenazados), en lugares sin cámaras, y a veces sin huellas físicas. Asimismo, la pericial psicológica permite obtener indicios con el suficiente rango científico para ser valorados por el juzgador con el propósito de respaldar su sentencia y que coadyuve, de modo general, a una mejor administración de justicia. A las personas consideradas víctimas directas de estos actos de violencia y tortura, el contexto de evaluación psicológico-pericial les permite transmitir su sufrimiento a un profesional de la Psicología, que valora la existencia de secuelas psico-traumáticas muchas veces muy graves, y que perduran en su psiquismo y en su vínculo con su entorno más allá de las posibles lesiones físicas. En el caso en que se trate de una muerte en custodia, la opinión de un perito psicólogo cobra especial interés para las víctimas indirectas (familiares y allegados a la víctima) al dar lugar a hipótesis sobre la posible causal de la muerte violenta del ser querido, eventualmente despejar fantasmas de culpabilidad ante la apariencia de un suicidio, crear mejores condiciones para la elaboración del duelo, posibilidad de reclamar justicia, etc.Se propone un mecanismo de investigación psicológico-forense flexible y no adscripto a
pautas rígidas y preestablecidas, que facilite que el profesional actuante pueda adaptar
estos lineamientos al caso en cuestión, a las condiciones específicas en las que actúa y a su práctica profesional, siempre y cuando cumpla con requisitos del derecho internacional relativos al deber de investigar, a lo reglado en el Código Procesal Penal de la Nación (Capítulo V, Peritos) y a normas éticas y profesionales vigentes.
modo general, a una mejor administración de justicia. A las personas consideradas víctimas directas de estos actos de violencia y tortura, el contexto de evaluación psicológico-pericial les permite transmitir su sufrimiento a un profesional de la Psicología, que valora la existencia de secuelas psico-traumáticas muchas veces muy graves, y que perduran en su psiquismo y en su vínculo con su entorno más allá de las posibles lesiones físicas. En el caso en que se trate de una muerte en custodia, la opinión de un perito psicólogo cobra especial interés para las víctimas indirectas (familiares y allegados a la víctima) al dar lugar a hipótesis sobre la posible causal de la muerte violenta del ser querido, eventualmente despejar fantasmas de culpabilidad ante la apariencia de un suicidio, crear mejores condiciones para la elaboración del duelo, posibilidad de reclamar justicia, etc.Se propone un mecanismo de investigación psicológico-forense flexible y no adscripto a
pautas rígidas y preestablecidas, que facilite que el profesional actuante pueda adaptar
estos lineamientos al caso en cuestión, a las condiciones específicas en las que actúa y a su práctica profesional, siempre y cuando cumpla con requisitos del derecho internacional relativos al deber de investigar, a lo reglado en el Código Procesal Penal de la Nación (Capítulo V, Peritos) y a normas éticas y profesionales vigentes.
pautas rígidas y preestablecidas, que facilite que el profesional actuante pueda adaptar

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